Esta herramienta de sanación está dentro de cada uno de nosotros, al conectarnos con nuestra divinidad desde nuestra esencia, lograremos conocer toda la información que traemos como alma, permitiendo reconocer y aceptar  dones, votos, contratos, familia de almas, el origen del alma, canales de comunicación, entre otros.

En nuestra Akasha están registradas las memorias de todo lo que existe, así como todo lo que hemos experimentado como “SERES” desde la primera vez que nacimos como alma. Todo queda registrado en su propio archivo como si fuera un banco de energía cósmica. 

Podemos acceder al pasado y sanar a una velocidad acelerada cualquier suceso, solo haciéndolo consciente y comprendiéndolo. Este vacío cuántico donde mora el Akasha, es el campo originario del cual emergen las partículas, los átomos, las estrellas y todas las formas de la vida. La física cuántica nos dice que, antes de la creación sólo existía un tipo de energía pura, neutra, indiferenciada e infinita. Un enorme Campo de Punto Cero o Vacío Cuántico.